El comando sudo permite a los usuarios a ejecutar programas con los privilegios de seguridad de otro usuario, por defecto, del usuario root.

Lo primero, el usuario debe de ser creado en el sistema si no existe aún.

En sistemas Ubuntu, por defecto los miembros del grupo sudo tienen permiso para acceder al comando sudo.

Una vez el usuario está creado, desde el usuario root o desde un usuario con acceso al comando sudo, tienes que ejecutar este comando para añadir al usuario al grupo sudo.

sudo usermod -a -G sudo username

Tras esto, el usuario tendrá acceso al comando sudo.

Para revisar si está funcionado, logéate en una sesión con el nuevo usuario:

su - username

y ejecuta este comando:

sudo whoami

La salida debe de ser “root”, así que se confirma que el acceso se ha dado de forma satisfactoria.